Artículo de:
Alex Domingo.
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El pasado miércoles día 18 de noviembre de 2020 asistimos de manera virtual a las XVII Jornadas de PMI Valencia donde pudimos disfrutar entre otros, de la ponencia de Carlos José Conejo, introducido por un voluntario clave en el Departamento de Patrocinio, Ximo Navarro.
La ponencia comenzó con un resumen de sus inicios en la gestión, recordando con interés un gran proyecto en el que pudo experimentar los rigores a los que te somete un proyecto de envergadura. A partir del cual, se interesó por la formación y capacitación de las personas analizando la gestión en los proyectos y el rol del project manager.
En una transparencia repleta de “hard and soft skills” necesarios para ser un buen Project Manager, además de experiencia profesional suficiente, y formación para aburrir, ironizó sobre la complejidad –casi imposibilidad–, de reunir en una persona todo lo que el mercado laboral actual le exige a un PM.
Además de características de nivel micro o individual, también nos habló de dificultades a nivel macro, es decir del entono, y nos introdujo el término VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad), cambios continuos, absoluta impredecibilidad del futuro, complejidad para ver hacia donde vamos y falta de claridad son definiciones de estos términos.
Sumando todo esto al COVID, deja al PM en un escenario cuanto menos complejo. Históricamente el PM viene de un enfoque predictivo, con un proceso conocido, previsible, estructurado, etc., y en un período breve de tiempo se encuentra con un entorno que echa por tierra el enfoque predecible. En este escenario el PM siente la necesidad de conseguir un cambio.
Nos propone pautas para combatir el VUCA. Por ejemplo, para la V; respuesta ante el cambio, para la U; colaboración con el cliente, para la C; individuos e interacciones y para la A; producto o servicio. Resumiendo, los cuatro valores del manifesto ágil, es decir, que la respuesta a este cambio, la encontraremos en las metodologías ágiles o agilidad.
Teniendo ya una dirección en la que apuntar, volvemos a la pregunta inicial de cuál es la función de un PM en este entorno, y Carlos nos hizo mención a situaciones o actividades donde el PM tradicional podría colaborar, por ejemplo, promover adopción de marcos de trabajo compatibles, colaborar en la difusión y entendimiento, adaptarse a nuevos roles, involucrarnos activamente en los procesos, etc.
Finalizando en esta parte de la ponencia, nos hizo hincapié en que, “no todos los proyectos van a requerir Agile” es decir, hay una tendencia creciente en estas metodologías debido a la adaptabilidad de las mismas al entorno actual y futuro, pero muchos proyectos seguirán necesitando un enfoque tradicional.
Aterrizados ya en el entorno que le espera al PM, nos dio una serie de consejos que como PM tenemos que asumir, algunos de ellos fueron que tenemos que estar abiertos a vivir en la incertidumbre, a tomar decisiones, a asumir riesgos y a mostrarse predispuestos al cambio.
De grandes amenazas siempre han aparecido enormes oportunidades, y para conseguir esto, es importante cambiar el “chip” y para conseguir cambiar el “chip”, no vale solo con pensarlo, tampoco con decirlo… ¡Hay que hacerlo! hay que tomar acción.
Otro punto importante que destaca es la formación, el PM tiene que estar continuamente formándose, si no se recicla su condena será la obsolescencia, también algo imperiosamente necesario es el desaprendizaje, el PM tiene que desaprender las cosas que ya no funcionan.
Por último nos invitó a tomar un T.E.A (Liberar tiempo, Energía y Atención).
El primero, todos tenemos el mismo, se trata de liberarlo para dedicárselo a lo que más nos importa, el segundo es la batería que tenemos para el aprendizaje en nuestro día a día, y la atención es la que tenemos que liberar de cosas que no aportan y destinarla plenamente a lo que sí.
Ya por último hizo mención a las organizaciones y sus responsables, refiriéndose a estos cuando ya están alcanzando el proceso de transformación. Y una vez más nos dejó unos consejos, el primero poner el foco y determinación en culminar ese cambio con objetivos claros. El segundo, la priorización de proyectos, “Vale más un proyecto culminado que 10 en marcha sin terminar”.
Para terminar y como viene siendo habitual, se dio paso a preguntas de los asistentes mostrando una vez más la calidad, consistencia y rigor de sus preguntas, incluso en la parte final de la ponencia disfrutamos de grandes aportaciones, y sobre todo ayudándonos a sacar conclusiones de mucho calado y aplicación en nuestros entornos laborales actuales.