Artículo de:
Alex Domingo.
Compartir:
El pasado miércoles día 19 de noviembre de 2020 asistimos de manera virtual a las XVII Jornadas de PMI Valencia donde pudimos disfrutar entre otros, de la ponencia de Virginio Gallardo, introducido por la directora de voluntariado, Antonia Ogallar.
La frase con la que se inició la ponencia fue, “el caos obliga inevitablemente a las organizaciones a cambiar y renovarse”.
Una vez en el contexto del caos empresarial, nos proyectó un interesante video en el que resaltaba a las personas como el principal motor del cambio. Donde las habilidades y el valor humado adquiere una dimensión especial en este entorno tan digitalizado, porque; “lo que la digitalización no sea capaz de robotizar incrementará su valor exponencialmente”, y nos dejó una pregunta para la reflexión. ¿Cómo vas tú a prepararte para el cambio?
Con todo lo explicado fuimos capaces de entender el momento disruptivo presente que todas las organizaciones están atravesando, clarificó este término recordando la ley de la disrupción que consiste en entender que los cambios titánicos que está experimentando la tecnología no lo pueden seguir ni las personas ni las empresas, es decir, el gran problema de nuestras empresas es la vejez prematura de sus profesionales, esto es que la evolución no se corresponde con la adaptación de los empleados.
Como resultado a esto tenemos una ralentización notable de los cambios, cambios que no entienden a nivel de directiva, que no les gustan y que destruyen su zona de confort, en este escenario la plantilla como parte dependiente del liderazgo de sus directivos, y ellos mismos, serán quienes frenen el cambio y la innovación.
Para evolucionar hacia un modelo más innovador, nos invitó a analizar un ambiente organizativo en el que se asuma la dualidad, por un lado, y en menor medida, la organización tradicional, y por el otro las que se organizan en red para fomentar la innovación, es decir, una organización dinámica que genere;
Redarquía para el desarrollo de personas, esto es que las motiva, alinea, desarrolla conocimiento, gestiona habilidades, etc.
Jerarquía funcional operativa, con la que se planea, gestiona, organiza, presenta y asegura resultados.
Y redarquía ágil innovadora, la cual crea, explora, analiza el futuro, lidera y moviliza.
Lo que Virginio nos explicó e hizo entender de una manera clara es que estos tres escenarios aceleran el proceso.
Con lo cual, sitúa este elemento en una dimensión nuclear en el universo del cambio y adaptación de las personas. Estas medidas son de aplicación a ambos modelos organizativos pero evidentemente si se aplica a la versión innovadora, tiene un efecto multiplicador con respecto al modelo tradicional.
Para ratificar la importancia de conectarse en red nos compartió una diapositiva interesantísima que revelaba cómo se conforma el aprendizaje de las personas, la cual decía que aprendemos un 70% en el puesto de trabajo, 10% en cursos y 20% en redes –en el café, en el pasillo, aprendizaje social.
Lo que nos venía a decir es la posibilidad de insertar todo este conocimiento que absorbemos en una red común, como una oportunidad de compartir ese conocimiento con el objetivo de aprender y colaborar con reglas poco estructuradas que fomenten la enseñanza social que tanto beneficia y potencia el aprendizaje y la innovación.
Llegados a este supuesto, donde se han aplicado excelentes medidas fomentadoras de innovación e integradas entre sí a través de la red, fue el momento de seguir avanzando. Nos encontramos con que todo el mundo internamente ya ha empezado a compartir y aprender.
Nos hizo ver que se está trabajando en buena dirección pero no está el proceso completado para el éxito, es decir, que no es suficiente todavía, puesto que ahora además necesitamos conectar esa innovación interna con una red externa de innovación, que será quien aportará una visión exterior diferenciada y diferencial que no sea capaz de ofrecer internamente la empresa. Esta se considera innovación exterior, una red externa de vigilancia, aprendizaje e innovación que complete la visión global o general de la organización.
Como conclusión final instó a las organizaciones a informarse e innovar de manera que no incurran en un suicidio profesional que significaría la negación del cambio. Como reflexión final a nivel individual nos dejó la frase “Think out of the box”. ¡Os invitamos a que la descubráis!
Como viene siendo habitual, el turno de preguntas fue tan interesantísimo como la propia ponencia dado que aprendimos de las inquietudes de los asistentes y de las sabias respuestas de un maestro en la materia como Virginio Gallardo.